Según la Real Academia Española:
Inteligencia (del latín intelligentia)
es la capacidad de entender y resolver problemas.
¿Los gatos y los perros
son inteligentes?
La mayoría de los propietarios
consideran que sus mascotas son inteligentes. ¿quién no ha escuchado decir: «sólo
le falta hablar»?
Desde su domesticación, el gato y
el perro, han sido seleccionados por el hombre en base a la docilidad,
facilidad de manejo y capacidad de aprendizaje. De tal forma que nuestros
perros y gatos no necesitan desarrollar su inteligencia para sobrevivir, ya que
los humanos les ofrecemos seguridad y alimento.
Los animales nacen con una
inteligencia innata. Por ejemplo, cuando se encuentran con un ratón lo
persiguen, sin haber sido entrenados para ello. Esto les asegura la
supervivencia en la naturaleza.
Desde cachorros aprenden cómo
comportarse con otros individuos, la madre y los individuos adultos de su grupo
social les corrigen cuando realizan comportamientos socialmente inadecuados.
Como por ejemplo: quitar comida o morder a los miembros del grupo con fuerza.
También les recompensan aquellos comportamientos socialmente aceptables
mediante el juego o el acicalamiento.
Desde que el perro o gato llega a
casa su nueva familia humana también le enseña la normas de convivencia, de
forma intencionada (como por ejemplo: el lugar donde poder hacer sus
necesidades) o de forma no intencionada, mediante actos rutinarios (por ejemplo:
asociar la correa con los paseos).
Si se educa a un animal
adecuadamente desde cachorro, se potencia su inteligencia. La estabilidad
emocional del animal también influye en su capacidad de aprendizaje, por lo que
un perro o gato que tenga cubiertas sus necesidades fisiológicas y psicológicas,
tendrá mayor habilidad para el aprendizaje en obediencia. En cambio, los
animales «humanizados», es decir, aquellos que son tratados como niños, sin
tener en cuenta su naturaleza, presentan mayor dificultad para el aprendizaje.
Tanto el perro como el gato tienen
buena memoria, aunque funciona de forma diferente a la nuestra. Ellos
establecen asociaciones positivas y negativas con las situaciones vividas, de
tal forma que tienden a repetir aquellas vivencias que les resultan placenteras,
y las malas experiencias intentan evitarlas. En este hecho se basa la educación
en positivo.
Gracias a la memoria y a la
capacidad de asociación, los perros y gatos son capaces de interpretar una
situación determinada, anticiparse a ella y adaptarse a nuevos contextos.
¿Alguien tiene aún dudas sobre la
inteligencia de nuestros mejores amigos peludos?
«Entre los animales hay muchos que
aventajan al hombre por su tamaño, su velocidad, el alcance de la vista, la
sutileza del oído. Pero no por esto el hombre es sordo, ciego o débil, ni está
privado de movimiento. Si los hombres tienen más inteligencia que los animales,
esto no es razón para sostener que los animales no la tienen.» PORFIRIO,
filósofo griego (232-304 d.C.)
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